En medio de un panorama desolador de inseguridad, negligencia administrativa y riesgos constantes, el municipio de Tultepec vuelve a evidenciar la incompetencia de sus autoridades, personificadas en la figura del alcalde Sergio Luna Cortés, quien retorna al poder tras un mandato previo marcado por la inacción y el descuido.
La fabricación artesanal de pirotecnia, actividad histórica del municipio, se ha convertido en un terreno minado de peligros y omisiones. Hace apenas unos días, una explosión en un polvorín de La Saucera encendió nuevamente las alarmas. Aunque no hubo víctimas fatales, el incidente pone en evidencia la falta de medidas para controlar los talleres clandestinos que operan sin supervisión adecuada.
Los habitantes, hartos de promesas vacías, denuncian la proliferación de talleres clandestinos que operan sin el más mínimo control. La sombra de la tragedia de diciembre de 2016, cuando 46 personas perdieron la vida en una explosión en el mercado de San Pablito, continúa proyectándose sobre una comunidad que exige, pero no recibe, garantías de seguridad.
La gestión de Luna Cortés se caracteriza por «hacerse de la vista gorda» ante los problemas estructurales. La falta de medidas efectivas no solo compromete la seguridad de los trabajadores pirotécnicos, sino que expone a toda la población.
El deterioro municipal va más allá de los polvorines. La falta de infraestructura urbana, escasez de agua, inseguridad, en fin, un escenario desolador.
Los ciudadanos de Tultepec ya no están dispuestos a seguir siendo rehenes de la incompetencia. Exigen acciones concretas, transparencia y, sobre todo, un compromiso real con la seguridad y el bienestar de la comunidad.
El municipio espera. El alcalde, mientras tanto, parece seguir navegando en un mar de indolencia.