Hace ya unos días, se realizó la Octava Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, enfocada en delinear el rumbo del movimiento, en dicho evento, el alcalde de Naucalpan, Isaac Montoya, reafirmó su compromiso con los principios de unidad y aseguró que continuará impulsando la transformación con convicción. Señaló que, junto a la dirigente nacional Luisa María Alcalde y la presidenta Claudia Sheinbaum, se continuará la transformación de México “desde las raíces”, tal como ha dicho buscarlo en Naucalpan a través de los valores de la Cuarta Transformación: cercanía, transparencia y honestidad.
No obstante, estos discursos han sido duramente cuestionados por distintos sectores de la sociedad. Ciudadanos y actores políticos han denunciado que, lejos de promover esos valores, su administración se ha caracterizado por corrupción, nepotismo y presuntos desvíos de recursos públicos. La realidad, afirman, dista mucho del discurso.
Durante el mismo evento, Luisa María Alcalde enfatizó la necesidad de observar con mayor atención los gobiernos municipales, al ser el primer punto de contacto con la ciudadanía y quienes deben atender las necesidades más básicas del pueblo. Sin embargo, en Naucalpan no se perciben mejoras sustanciales ni resultados tangibles de los programas y proyectos implementados por la administración de Montoya.
Diversas voces también han señalado que lo prometido por la Cuarta Transformación ha quedado en meras palabras. Servidores públicos del actual gobierno local han sido calificados como “chapulines políticos” que únicamente buscan su beneficio personal. Ciudadanos advierten que deben mantenerse alerta frente a estos funcionarios, a quienes acusan de operar bajo lógicas de clientelismo, corrupción y redes familiares de poder.
En paralelo, el descontento se hizo evidente también en las filas del PRI. Consejeros políticos, militantes y simpatizantes acusaron a Alejandro Moreno y Cristina Ruiz de estar destruyendo al partido mediante imposiciones autoritarias, como la designación de delegados desconocidos para las bases.
Rafael Guzmán criticó particularmente el nombramiento de Hugo Abelardo Urbina Santoyo como delegado nacional en Naucalpan. Recordó que el exdirigente estatal del PRI en San Luis Potosí dejó un legado gris, y que su nueva designación en Naucalpan representa otra imposición desde el centro. Esta medida, advirtió, propiciará la desbandada de militantes, como ya ha ocurrido con la llegada de regidores foráneos, familiares y amigos cercanos a «Alito» Moreno.
En materia de seguridad, mientras la gobernadora Delfina Gómez Álvarez y el secretario Horacio Duarte insisten en que se trabaja en acciones preventivas, en Naucalpan la inseguridad, violencia y delincuencia siguen al alza. La población reporta una creciente sensación de abandono y arbitrariedad por parte de las autoridades locales.
Un caso que generó profunda indignación fue el de Michelle Cano Hernández, mujer transgénero de 34 años, quien denunció haber sido brutalmente agredida por elementos de la Guardia Municipal, quienes junto con otro joven la trasladaron por la fuerza a un paraje solitario. Ahí, fue víctima de tortura, descargas eléctricas, agresiones físicas, amenazas de muerte y humillaciones transfóbicas, en un acto claro de odio y discriminación por su identidad de género.
Ante estos hechos, la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (CIDHPDA) presentó una denuncia formal, exigiendo justicia y acciones inmediatas para proteger a la comunidad trans en Naucalpan.
