El dolor y la tristeza me embargan por la pérdida del gran amigo y compañero Amado Camacho Navarro, “El Tacho”, un periodista que dio su vida para mantener informada a la gente, tanto de lo bueno como de lo malo de los gobiernos y políticos, no solo de hoy, sino desde hace más de 50 años.
Su columna fue objeto de críticas por parte de funcionarios y servidores públicos que aplauden los robos, las corruptelas y la corrupción de los gobiernos en turno. Poco a poco se han ido apagando las voces de aquellos periodistas de la generación de los años 80, época en la que se congregaron en la plana de Tacho figuras de primer nivel.
Despedir a un gran amigo es también recordar momentos inolvidables, y Amado Camacho nos enseñó que la mejor forma de superar las inquietudes y los compromisos es con nuestro propio profesionalismo: la comunicación social.
“El Tacho” fue un luchador incansable, cuya vocación como periodista le sirvió no solo para enfrentar barreras, sino para derribarlas.
Hoy nos ha dejado, dejando tras de sí una estela de luz y conocimiento de la vida. Un ejemplo para otros “tundemáquinas” que pretenden sobresalir. Su partida une a comunicadores que, de una u otra forma, se congregan en el ámbito político y social y buscan seguir su estilo.
Rogamos a Dios que lo siga protegiendo, así como a su familia. Te extrañaremos profundamente.
Descansa en paz.
Tu amigo,
Rafael Melgarejo Gómez
