La designación de Mario Delgado como futuro Secretario de Educación Pública (SEP) por parte de la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha desatado una ola de críticas y controversias en el ámbito político y educativo del país.
Delgado, actual presidente nacional del partido Morena y ex coordinador del grupo parlamentario morenista en la Cámara de Diputados, fue anunciado como parte del gabinete de Sheinbaum para el sexenio 2024-2030. Sin embargo, su nombramiento ha sido recibido con escepticismo y preocupación por diversos sectores de la sociedad.
Las principales críticas se centran en la falta de experiencia de Delgado en el campo educativo. Aunque cuenta con una licenciatura en Economía por el ITAM y una maestría en la misma disciplina por la Universidad de Essex, su trayectoria profesional ha estado más ligada a la política que a la educación pública.
Diversos sectores de la sociedad han expresado su preocupación por esta decisión, argumentando que la SEP requiere de un liderazgo con conocimiento profundo del sistema educativo mexicano y sus desafíos actuales. Algunos críticos sugieren que este nombramiento podría ser más un «pago de favores políticos» que una elección basada en méritos y experiencia en el sector educativo.
Este nombramiento ha reavivado el debate sobre la importancia de contar con perfiles especializados en puestos clave del gobierno, especialmente en áreas tan cruciales como la educación. Algunos sectores de la sociedad civil y organizaciones educativas han llamado a reconsiderar esta designación, instando a priorizar la experiencia y el conocimiento técnico sobre las alianzas políticas.
Este episodio marca un primer desafío para la administración entrante en términos de la conformación de su equipo de gobierno y la percepción pública sobre sus nombramientos.
Mientras tanto, el debate continúa sobre cómo esta designación podría afectar las políticas educativas y el futuro de la educación pública en México durante el próximo sexenio.