Tras los reportes de la jornada electoral llevada a cabo en el Estado de México, quedó de manifiesto que la población participó de manera responsable en el proceso democrático, pero como reza el refrán popular… “A cada capillita le llega su fiestecita”.
Luego de varias semanas de guerra sucia, en la que cada una de las candidatas a la gubernatura mexiquense se decía ganadora gracias a las encuestas a modo, ayer el electorado mexiquense designó de manera voluntaria quien será la que los gobierne en los próximos seis años. Durante el proceso electoral no podían faltar los debates, en la que tanto Alejandra del Moral como Delfina Gómez utilizaron sus mejores armas para debilitar a su contrincante.
Luego de los resultados y del conteo rápido, fue anunciado el triunfo de Delfina Gómez que en sus primeras declaraciones señaló: es un momento histórico para nuestro estado, los ciudadanos salieron a votar y ahora vendrán mejores tiempos. Han de llegar mejores tiempos para los mexiquenses, con gran responsabilidad vamos a trabajar sin descanso para brindarles una mejor vida.
Pero en Morena no todo ha sido alegría. Hay que recordar y luego de haberles negado su sufragio al no permitirles la reelección de los Presidentes municipales con la que el PRI-PAN y PRD recuperaron no solo el corredor azul sino gran parte del Estado de México gobernado por los morenistas que dejaron una estela de irregularidades, falta de transparencia y sobre todo corrupción.
Y uno de los ejemplos mas claros, es del ayuntamiento de Naucalpan, donde la actual Presidenta municipal de Naucalpan, Angélica Moya Marín nada contra corriente al tratar de rescatar su gobierno de la corrupción generada en la administración morenista encabezada por Patricia Durán Reveles y que aún persiste.
